México es el primer país de Latinoamérica en el consumo de comida chatarra

México, 17 jun (Prensa Latina) La ingesta de comida chatarra aunada al hambre, es una de las causas de obesidad en México donde cada persona consume en promedio 214 kilos al año, alertó hoy una especialista en nutrición.


Julieta Ponce Sánchez, directora del Centro de Orientación Alimentaria (COA Nutrición) e integrante de la Campaña sin Maíz no hay País, informó que México es el primer país de América Latina en el consumo de esos nocivos productos y el cuarto en el mundo.


Precisó que siete de cada 10 muertes por Covid-19 está relacionada con la obesidad y entre sus consecuencias están los altos índices n el país de hipertensión arterial y diabetes tipo Dos, por lo cual urge establecer un modelo de alimentación sana y sustentable.

En un seminario Condiciones para construir un sistema alimentario más justo y sustentable, organizado por la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México, la especialista indicó que la mayor cantidad de personas muertas por Covid vivían en pobreza y pasaban hambre.


Existe una paradoja alimentaria con la cual hemos convivido en México durante los pasados 30 a 40 años: el combate al hambre sin haberlo conseguido, y al propio tiempo la tragedia de la obesidad y la diabetes, pero ahora en un panorama de pandemia. El peor escenario para un sistema alimentario.


Sostuvo que los productos chatarra deterioran la microbiota, provocan obesidad y deficiencias alimentarias, condicionan el síndrome metabólico y tienen sustancias proinflamatorias.


En cambio, explicó, la comida sustentable enfría el planeta, fortalece el sistema inmune, evita enfermedades crónicas y combate el hambre y, tal vez, la pobreza y la desigualdad.


Pero algo relevante, sobre todo en el entorno de la pandemia, es que la comida sustentable fortalece el sistema de defensa, por lo que es necesario hablar de inmuno nutrición.


Alertó que la subalimentación incrementa el riesgo de sobrepeso y obesidad, porque frente a la escasez de alimentos el cuerpo se adapta y ahorra energía.

Cuando estas carencias se viven en etapas muy tempranas, condicionan a vivir con mayor severidad los efectos de la obesidad y las enfermedades metabólicas.

La población que ha sufrido hambre tiene mayores posibilidades de padecer obesidad, por los mecanismos de ahorro y la sobrexposición a productos ultraprocesados, aseguró la especialista.

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